Beans, de doce años, está al borde: dividida entre una infancia inocente y una adolescencia imprudente; forzada a crecer rápido y convertirse en la dura guerrera Mohawk que necesita ser durante la Crisis de Oka, el turbulento levantamiento indígena que desgarró Quebec y Canadá durante 78 tensos días en el verano de 1990.